A finales del pasado mes de noviembre, 20 chavales de Conil y Vejer (Cádiz) viajaron un fin de semana a Sevilla para disfrutar de la ciudad, por la noche quisieron finalizar su día yendo a bailar a una discoteca. Todo normal ¿verdad? Pues a los porteros del local no se lo pareció tanto y no les dejaron pasar ¿por qué? Pues simplemente porque estos chicos y chicas eran discapacitados.
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La discriminación que los porteros de este local ejercieron
sobre este grupo de discapacitados es una discriminación directa oculta, pues
los porteros del pub les niegan la entrada basándose en que el local estaba lleno,
“ocultando” su verdadera motivación.
¿Cómo reducir o, idealmente, eliminar este tipo de
comportamientos? Aquí deberíamos saber si los porteros actuaron por iniciativa
propia o por orden de la propiedad del local, que les hubiera indicado que
determinados colectivos no eran bienvenidos.
Si actuaron por propia iniciativa y, dado que en este tipo de locales suele trabajar fundamentalmente gente joven, creo que este tipo de actitudes se deben a que aún falta mucho trabajo por hacer desde la base, desde nuestra educación, falta inclusión desde la infancia. Entiendo que, en determinados casos, pueda ser necesaria una educación diferencial, pero ¿no podrían hacerse actividades extraescolares en las que desde las edades más jóvenes nuestros niños se acostumbraran a tener a su alrededor a otros niños diferentes a ellos? Y no digo sólo que sean discapacitados, quizá también de otra etnia, de otra religión (quizá el niño va a un colegio religioso), de otros países… Los niños, creo, discriminan menos, sólo ven a otro niño con el que correr, jugar, hacer travesuras… Y si crecen rodeados de otros niños diferentes, pasados los años ellos no verán esas diferencias pues siempre han convivido con ellas.
También podrían ser útiles otro tipo de actividades como
charlas en las escuelas y/o institutos, quizá impartidas por alguna persona
joven, con la que puedan sentirse más identificados, que haya sufrido
discriminación por tener algún tipo de discapacidad.
En cambio, si actuaron porque los propietarios del local les
indicaron que debían hacerlo, creo que el problema radica en la sensación de
impunidad que tienen estas personas. Podrían hacerse campañas que hicieran
visibles este tipo de acciones y mostrando las penas que se han impuesto a
quienes las han cometido, con el fin de desincentivarlas.
¿Tú qué crees? ¿Actuaron motu proprio o por orden de los dueños?
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